Spanish pride

Por Agustín L. de la Cruz.

Esto va de orgullo, no sólo gay. Dijeron que la juventud española, sobradamente preparada, estaba adormecida, que se revolcaba en el consumo, la indiferencia y el individualismo, y esa juventud despertó y se puso a soñar el 15 de mayo de 2011. Dijeron que si querían tantas cosas (empleo digno, derecho a la vivienda, reforma de la ley electoral, más pan y menos chorizos) que se presentaran a las elecciones. Cuatro años después se presentaron a las elecciones, y las ganaron. Así que me siento orgulloso de ser español, acaso por primera vez en mi vida. Orgulloso de que la democracia tutelada de la Transición (tutelada por las élites del franquismo y por las potencias occidentales) haya mutado en una sociedad valiente, capaz de romper la trampa del bipartidismo y el chantaje de Bruselas y de los Mercados. Especialmente orgulloso de la madurez y la osadía que han demostrado los más de cinco millones de españoles que han optado por una opción política que no existía hace dos años y que ha sido vilipendiada y calumniada y torpedeada por todo el aparato del poder.

Un momento, estarán pensando ustedes. ¿Cómo es eso de que “se presentaron a las elecciones, y las ganaron”? Pero si aquí el más votado es Rajoy, y después va Sánchez. Muy fácil, basta una simple suma: Podemos + IU = 6.112.438 votos, una cifra bastante superior a la del PSOE, apenas a un millón de votos del PP. Esta unión que nunca se produjo (en realidad, que se ha producido parcialmente, en Galicia y Cataluña) a buen seguro habría llevado a Pablo Iglesias a la presidencia del Gobierno. El famoso, casi mítico sorpasso, el “adelantamiento” que profetizaba Julio Anguita ante el descrédito y la chanza de propios y extraños, ya ha sucedido: en Cataluña y Euskadi, donde Podemos es la fuerza más votada; en Madrid, Navarra, Valencia, Baleares y Galicia, donde supera al PSOE. Nos hemos quedado a un paso, habría bastado un poco más de generosidad y altura de miras por ambas partes para unir fuerzas y rematar un hito histórico, cuasi increíble: el sueño de asaltar los cielos y hacerlo además en un solo y frenético año.

Pero no se preocupen, habrá nuevas oportunidades, quizá tan pronto como en 2016. Cada uno se merece su parte del elogio: Izquierda Unida por resistir rozando el millón de votos, por seguir creyendo en la vieja utopía que no puede ser sino colectiva; Podemos por acometer el golpe maestro, por dar la vuelta al tablero, por tendernos la mano para que despertáramos del todo. “Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza”, decía Antonio Machado. Quién no se siente orgulloso de nuestro mejor poeta.

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