28 Ago Refugiados
Cuando tu única opción es seguir caminando con tu hijo en ristre para huir de las bombas o el hambre (aveces ambas van de la mano) lo menos que esperas es una carrera de obstáculos donde tu vida está en juego. Con suerte, eso debieron pensar los pobres desgraciados, encuentras una mafia que por un módico precio te hacina en un camión y te ayuda a sortear fronteras, policía y concertinas para llegar a la Europa de los Derechos Humanos.
Me asusta la profunda crueldad con la que los líderes europeos afrontan la oleada de refugiados, cuando les vemos comparecer compungidos ante los 70 muertos abandonados en un camión o los 200 ahogados en el Mediterráneo en realidad lo que estamos viendo es al responsable de la situación compadecerse de la misma. Porque si bien no somos los causantes que empujan a esas personas a buscar una vida mejor, o una vida simplemente, sí que somos los responsables directos de su situación.
La Europa de las libertades queda diluida nuevamente en la inacción, la pena es que sólo harán algo cuando el número de muertos y el número de camiones sea tan insoportable que les cueste electores.
INFOGRAFÍA
(clicar para ampliar)
Editorial: Francisco Blanco
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