El problema catalán

el problema catalán

El problema catalán

Por Francisco Blanco

El nuevo curso político comienza como lo dejamos, si pensábamos que el  problema catalán se iba a solucionar por sí sólo, había muchos que lo pensaban, a la vuelta de vacaciones nos hemos dado cuenta que ahí sigue, y es que la realidad es tozuda.

Siempre he manifestado en público la incompetente gestión del ejecutivo de Mariano Rajoy como principal motor de la maquinaria independentista. El inmovilismo, debido posiblemente a una la falta de comprensión de la realidad catalana en el mejor de los casos. O al profundo sentimiento de supremacía del gobierno central sobre los gobiernos territoriales, sobre todo si no son de su color, en el peor de ellos.

No entraré, porque seguramente sean varias las motivaciones nacionalistas de Rajoy,  para negarse a hacer política con las fuerzas independentistas.

El teorema del gazpacho

Sobre este tema, el Profesor Juan A Doncel utiliza en ocasiones un símil gastronómico, como no podía ser de otra manera, para explicar el Estado de las Autonomías. El Estado Autonómico es como un gazpacho, explica el profesor, tiene ingredientes tan distintos entre sí que si no se remueve continuamente los ingredientes tienden a separarse.

Así que si esperáis una solución definitiva al problema territorial español podéis esperar sentados. Los conatos independentistas/nacionalistas entre los distintos territorios de España seguirán existiendo y brotando cada vez que se den las circunstancias. Será responsabilidad de los representantes públicos remover el gazpacho y buscar un nuevo encaje del territorio en cuestión en el Estado español.

El derecho a decidir o el problema catalán

También me he manifestado en numerosas ocasiones a favor del derecho a decidir, no creo que las urnas sean peligrosas como afirmó en una ocasión la Ministra Tejerina, aunque a veces traigan cosas malas.

El referéndum en Escocia marcó un antes y un después, precisamente por que se trataba de Reino Unido, un país de los «buenos» de los «responsables», de la Europa Occidental.

Garantías democráticas de la consulta

Pero lo mejor de reflexionar es que uno siempre puede seguir haciéndolo. Y con ello llegar a la conclusión de que el referéndum que plantea el gobierno catalán tiene poco  de democrático, tan solo un leve esmalte que lo adorna. Pues un referéndum sin garantías democráticas no tiene legitimidad.

No hablo sólo de cumplir la ley, que no la cumple. Hablo de la falta de consenso de los grupos políticos del Parlament para establecer las normas de la consulta ¿un 51% de sí a la independencia bastaría? ¿Pero con qué porcentaje de participación? ¿Dónde estarán las urnas? ¿Colegios electorales, sedes de los partidos? ¿Qué deben hacer los funcionarios públicos?

La falta de consenso en estas normas dejan la consulta desprovista de unas mínimas garantías democráticas, aunque paradójicamente el objeto de la ley sea la participación.

O tal vez ese nunca fuera el objeto.

No Comments

Post A Comment

En Politocracia nos preocupa tu privacidad

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios, así como facilitar y analizar la navegación. Si continuas navegando consideramos que las aceptas ;)

Más información sobre nuestra política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies