09 Dic Fascismo: 14 claves para identificarlo
Hasta la llegada de Vox, España era uno de los pocos países europeos donde la extrema derecha no tenía representación parlamentaria propia. Lo cual no quiere decir que no existiese. Su electorado se decantaba por formaciones políticas que defendían su ideario de una forma más o menos velada.
Es un hecho que el mensaje claro y contundente de Vox ha ofrecido cobijo a este electorado ultra hasta ahora “huérfano”, que comprueba como la nueva formación política defiende sus intereses sin complejos.
El término fascista ha vuelto a coger fuerza y comienza a ser empleado a la ligera para (des-) calificar a los de uno u otro bando, con riesgo de incurrir en la banalización del mal de la que nos advertía la filósofa Hanna Arent en su obra Eichmann en Jerusalén (1963).
Para evitar la normalización del término “fascismo” en el debate público y su consiguiente vacío de contenido, vamos a intentar desenmascarar qué actitudes son susceptibles de ser catalogadas como fascistas o no.
Claves para identificar el fascismo
En 1995, el escritor y filósofo italiano Umberto Eco, ofreció durante una conferencia en la Universidad de Columbia las 14 claves para identificar el fascismo. Más allá de las particularidades y características propias de cada Estado, Eco destacó los síntomas comunes que comparte todo régimen fascista.
A continuación, te exponemos las 14 claves del fascismo según Umberto Eco, para que te ayuden a discernir qué formaciones políticas cumplen o no con un ideario pro fascista.
Culto a la tradición
Elementos tradicionalistas como la religión, la lengua, la familia… Añoranza por tiempos pasados. Saberes arcaicos o textos sagrados.
Rechazo a lo moderno
Las ideas ilustradas y toda idea progresista son negativas por atentar contra el estado actual de las cosas. Al tener el fascismo unos elementos puramente emocionales, cualquier fuente racional es rechazada.
Culto a la acción por la acción
Pasar a la acción sin necesidad de una reflexión previa.
El desacuerdo es traición
Anular cualquier pensamiento crítico. Todo aquel que no piense igual pasa a ser enemigo.
Miedo a lo diferente
Miedo a los intrusos, el primer llamamiento de un movimiento fascista es contra los que vienen de fuera. Acciones racistas más o menos sutiles como “las ayudas públicas solo para los nacionales” o “entre los refugiados vienen terroristas”.
Apelación a la frustración social
Frustración entre la clase media, el fascismo encontrará su público en una mayoría social furiosa y frustrada. Ya sea a raíz de una crisis económica, o por un sentimiento de humillación política “la crisis territorial catalana”.
Nacionalismo y obsesión por una conspiración
Todo es culpa de una conspiración mayor, ya sea judío-masónica, comunista… Los símbolos nacionales dotan de un sentimiento de pertenencia.
Humillación por la riqueza y fuerza de los enemigos
Miedo y envidia al enemigo. Los enemigos son al mismo tiempo demasiado fuertes o demasiado débiles. “Los inmigrantes viven sin trabajar gracias a ayudas y subvenciones”.
El pacifismo es transigir con el enemigo
El pacifismo es la estrategia para tener al pueblo callado y sometido. Principio de guerra permanente.
Desprecios por los débiles
Elitismo en todas las esferas de la sociedad, humillación de los débiles, pobres…
Todo el mundo puede ser héroe
El heroísmo es la norma del fascismo. Cualquiera que luche por el movimiento será un héroe. Culto a la muerte.
Machismo y homofobia
Desdén hacia las mujeres y rechazo de actitudes sexuales contrarias a las tradicionales.
Populismo
Respuesta emocional de un público a consignas vacías o poco racionales. Empleo de consignas populistas para llegar a mayor población.
Una lengua particular “neolengua”
Vocabulario empobrecido y elemental para limitar el razonamiento.
Umberto Eco termina advirtiendo que el fascismo puede volver bajo la apariencia más inocente, y que será nuestro deber apuntarlo con el dedo índice, cada día, en cada parte del mundo.
(Badajoz, 1986) Director de Politocracia.com
Máster en Comunicación Política (UCJC), ilustrador, analista SEO y máximo culpable de Politocracia
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