TERF: cómo es el feminismo trans excluyente

Seguro que en los últimos tiempos has oído hablar del feminismo trans excluyente (TERF) y su lucha por paralizar leyes relativas a la ‘autodeterminación de personas trans’. Pero este movimiento no es nuevo, su historia empieza en los años 70 y sus tesis no han cambiado mucho desde entonces.

¿Qué significa TERF?

«TERF» son las siglas en inglés de «Trans Exclusionary Radical Feminist» (feminsita radical trans excluyente). Se refiere a la corriente feminista que sostiene que las personas trans, especialmente los hombres trans, no pueden ser consideradas mujeres o formar parte de la comunidad femenina. 

A pesar de que esta postura ha sido ampliamente condenada por la comunidad LGBTQ+ y la mayoría de los grupos feministas, por discriminatoria y lesiva contra los DDHH, lo cierto es que los movimientos TERF han incrementado su influencia en los últimos años, llegando incluso a paralizar legislación y derechos que favorecían a las personas trans.

-En Reino Unido, por ejemplo, lograron parar la modificación de la actual ley de género que permitía a la personas trans no someterse a ningún tratamiento médico para poder acceder al estatus de género deseado.- 

Origen del feminismo TERF

El movimiento trans excluyente surge en la década de los 70 en EEUU, cuando una facción conservadora del feminismo defiende que solo las mujeres cis género pueden formar parte del movimento feminisma.

La base ideológica del pensamiento TERF la encontramos en el libro “The Transsexual Empire: the making of the She-Male” escrito por Janice Raymond y publicado en 1979. Donde, entre otras tesis, Raymond afirma que: «No habrá igualdad si aceptamos la ficción de que un hombre puede ser mujer» o “Todos los transexuales violan el cuerpo de la mujer al reducir la verdadera forma femenina a un mero artefacto”.

Qué dicen las TERFs

El feminismo trans excluyente basa su exclusión en considerar que las mujeres transgénero no han sufrido la opresión del sistema patriarcal al haber sido educadas y socializadas como hombres en su infancia. Según esta teoría, solo se podría considerar ‘mujeres’ a las mujeres cis, negando la existencia de las mujeres trans.

Es cierto que hay violencias específicas que sufren las mujeres cis por el hecho de nacer, como son las relativas a la reproducción o la mutilación genital. Pero esto no significa que las mujeres trans no sufran también violencias por el hecho de ser mujeres. Según datos publicados en 2019 por el National Sexual Violence Resource Center: “casi la mitad de las personas trans (un 47%) han sido agredidas sexualmente”.

Otra máxima de la teoría TERF es la defensa de que ser mujer no es solo un sentimiento o algo a lo que se pueda acceder por voluntad. 

Frente a este argumento, Carmen García de Merlo, presidenta de COGAM afirma lo siguiente: “identificarte no es un capricho o algo que adquieres, es algo con lo que naces y mueres”

Pero entonces ¿por qué una persona trans elegiría ser mujer y sufrir violencia en vez de vivir como hombre? Fácil, porque no se elige.

Las personas trans no se enfrentan a una elección, sino a una aceptación. Como explica la psicóloga María José Hinojosa: “la identidad de género no se elige, se elige en todo caso la expresión de ese género”.

La OMS estima que hay 25 millones de personas trans en el mundo, entre un  0,3% y un 0,5% de la población mundial. Personas que sienten y se sienten, a las que no se les puede negar su realidad simplemente porque no encaja en nuestros parámetros.

Una postura minoritaria del feminismo

Pese al auge en los últimos tiempos y el ruido en redes sociales, lo cierto es que las posturas Terfs son una minoría dentro del feminismo. La política Carla Antonelli afirma que “el feminismo con mayúsculas es transincluyente”. 

En una entrevista para elsaltodriario.com, la activista trans Adriana Cardo comparte esta misma impresión “son pocas, muy escandalosas y en posiciones de poder… Existe un feminismo donde cabemos todas, cada una con sus particularidades”.