Heterobásico ¿Qué es y cómo dejar de serlo?

¿Eres hombre cis heterosexual? Siéntete afortunado, has nacido con el sexo y género imperantes en tu tiempo. De entrada, la vida te ha sido más amable que a una mujer, un homosexual, una persona trans… no hablemos ya de minorías queer.

Pero si además eres blanco ¡enhorabuena!, el viento ha soplado a tu favor desde que naciste.

Estarás comprobando, algo asustado quizás, que los tiempos están cambiando más rápido que tú, de eso van las revoluciones, y que el feminismo ya no es una opción. 

Es normal que veas tu mundo tambalearse, pero debes saber que esto no es una guerra contra ti, tu no eres el enemigo. Se trata de una guerra en contra de un sistema que desiguala mediante el género desde tiempos inmemoriales, y que te ha dotado de privilegios intrínsecos mientras que ellas han tenido que pelearse cada uno. Se llama heteropatriarcado, ¿te suena?

¿Qué es un heterobásico?

Hablamos de heterobásico para referirnos a una persona heteronormativa, que sigue los roles de género y sexo establecidos por su condición de hombre heterosexual, y que entiende que así debe hacer el resto. 

Sin cuestionarse nada y rechazando, en mayor o menor medida, las luchas de otros colectivos por una igualdad real, porque las vive como una amenaza hacia él.

Expresiones como: “igualdad sí (de género) pero para todos“, “no tengo nada en contra de los gais, tengo un amigo” o la típica “ni machismo ni feminismo, igualdad” son expresiones que pueden ayudarte a identificar si estás ante un heterobásico o si eres uno de ellos.

Cómo dejar de ser un heterobásico

Como yo lo veo, no deberías preocuparte tanto por tus privilegios, en lugar de eso ¿Qué te parece unirte a la lucha que nos iguala?. Autocuestionarse es un trabajo duro, pero todes hemos llevado a cabo un proceso de deconstrucción para huir del mandato de una sociedad heteropatriarcal que establece nuestros gustos y posición desde que nacemos. También los tuyos.

A modo de resumen, aquí te indico algunos tips para dejar de ser un heterobásico:

• Di adiós al machismo

Todos somos en mayor o menor medida machistas, porque todos somos hijos del mismo sistema patriarcal. Está en nosotros evolucionar, identificar nuestros comportamientos machistas y cambiarlos. 

• No tienes que ser el mejor en todo

No tienes que ser el más fuerte, el macho alfa, el protector, el violento, el que proveé. Eso es otro invento del patriarcado que te ha cargado de responsabilidades que no te corresponden. El feminismo te libera de esa carga.

• Adiós a la homofobia

Huye de ese heterocentrismo porque sencillamente, es falso. Esa creencia de que lo normal es la “heterosexualidad” y cualquier otra forma de entender el amor es anormal y objeto de rechazo.

La orientación sexual es tan múltiple como lo somos las personas. Empieza por aceptar otras formas de amar.

• Aprende a escuchar

No lo sabes todo, y menos cuando hablamos de feminismo. Deja de lado el discurso condescendiente y frena el mansplaining. Escúchalas a ellas.

• No hay cosas de mujeres y cosas de hombres. Hay cosas que te gustan y cosas que no

Ni las motos son “cosas de chico” ni ir de compras es una “cosa de chicas”. Haz aquello que realmente te gusta, porque el género es sólo una concepción social, las aficiones, los gustos, los juegos, los colores ¡no tienen género!

• Educa a otras generaciones en el cambio

Tenemos una responsabilidad ineludible de hacer el mundo más fácil a los que vienen detrás. Educa a tus hijos y nietos en valores de igualdad.

Intenta comprender a los mayores de casa, para ellos cambiar tampoco es fácil, sé empático y didáctico a la hora de interpelarles actitudes machistas. Establece tus límites de una manera asertiva.

Si has leído este artículo hasta el final. Bienvenido, estás en el camino.