26 Feb Vaqueros de Oriente Medio: el sheriff de Babilonia
Para los norteamericanos el mundo entero es su rancho, o al menos, eso es lo que se desprende del título del cómic que recientemente ha reeditado en su versión integral la editorial ECC, “El sheriff de Babilonia”, de los autores Tom King y Mitch Gerads. La serie apareció originalmente en 2016 bajo el sello Vértigo, línea subsidiaria de la archiconocida DC Comics, que tiene en su haber títulos tan célebres como “The Sandman”. Fue la primera colaboración de este tándem, que actualmente repite éxito y fortuna con su particular revisión de uno de los personajes clásicos más emblemáticos de la casa, “Mister Miracle”.
Pero “El sheriff de Babilonia” no es un cómic de superhéroes y el heroísmo está lejos de hacer acto de presencia. Se trata, por contra, de un thriller policíaco ambientado en Irak. Su protagonista, Christopher, con nombre de clara reminiscencia cristiana, es un policía estadounidense reconvertido en instructor militar de un recién constituido cuerpo policial iraquí, que se ve envuelto en una turbulenta trama de violencia, mentiras y poder que se desata cuando se empeña en investigar el misterioso asesinato de uno de sus reclutas. Para desentrañar el enigma y capturar al asesino contará con el apoyo de dos personajes que se caracterizan por su dudosa condición moral: su amante Sofía, una iraquí criada en Estados Unidos cuya familia está ligada al pasado político del extinto régimen y que ahora actúa como asesora gubernamental para ambos países, y Nassir, antiguo policía del dictador derrocado Sadam Husein, quien busca a su particular manera, algún tipo de redención por los actos cometidos bajo el mandato del tirano.
Un cómic sobre la guerra de Irak
Los hechos de “El sheriff de Babilonia” transcurren al término de una contienda que duró varios años y que trajo consigo la ocupación del país por las tropas norteamericanas, y bien podría ser la continuación del film “En tierra hostil” (2009) de la directora Kathryn Bigelow o de la serie “Genration Kill” (2008), obra de David Simon, creador de la aclamada “The wire”, aunque la trama podría asemejarse más a “Red de mentiras”(2008) del popular cineasta Ridley Scott. Como en los dos primeros casos el protagonista es un miembro del ejercito estadounidense cuyas acciones, invariablemente impregnadas de polvo y arena, suelen estar sujetas al escrutinio de su propia conciencia bajo un sol abrasador y un calor sofocante. Para dotar a su obra de mayor verosimilitud, King se nutre de sus experiencias como agente de operaciones de la CIA en el terreno, y se apoya en el dibujo de Gerads, de buscada crudeza y realismo en la recreación de escenarios y personajes, que en ocasiones adolecen de un excesivo estatismo y, como resultado, faltos de plasticidad. Las escenas pueden llegar a ser violentas cuando se requiere, pero no son, sin embargo, ni gratuitas ni excesivas, lo que ayuda a insistir en el carácter de intriga del relato.
King hace uso frecuente de ese formulismo que en su día pusieron de moda autores de procedencia británica como Alan Moore o Grant Morrison, y que consiste en plantear diálogos prolongados basados en una planificación repetitiva de la imagen, con la pretensión de crear cierta tensión e imitar los modos conversacionales convencionales, y que a mi, personalmente, me resulta a veces cansino y un tanto amanerado a causa del uso excesivo, pero que actualmente parece gozar del favor de un gran número de lectores. No le pongo pegas, sin embargo, al arranque de la historia, articulado sobre una narración ingeniosamente planificada que enganchará al lector de inmediato.
Un pistolero ingenuo en un mundo cruel
Lo que le ocurre a nuestro protagonista es, a grandes rasgos, la consecuencia de ir por la vida como si fuésemos pistoleros. Cuando apoyas la actuación de tu país, en este caso Estados Unidos, amparado en una supuesta superioridad moral, el descubrimiento de la verdad puede resultar sumamente doloroso. Quizás, debido a una ingenuidad como la que caracteriza a nuestro protagonista quien, curiosamente, nunca llega a mancharse las manos de sangre, pues serán sus dos acompañantes quienes lo hagan en su lugar. Algo que no impedirá que se ponga al corriente del juego sucio que, tras las bambalinas, ambos gobiernos y múltiples corporaciones interesadas se traen entre manos, para llegar a la frustrante conclusión de que su capacidad de interceder de forma determinante es nula.
Para conocer los motivos y la deriva personal de nuestro protagonista es recomendable la lectura de “El sheriff de Babilonia”. También porque el tema que se explora es complejo, pero King rehúye del tradicional punto de vista maniqueo para mostrarnos esa dura realidad desde una multiplicidad de puntos de vista, enseñándonos que ciertas circunstancias nos obligan a buscar la ayuda de individuos que ponen en tela de juicio nuestra moralidad intachable. Sorprende, en última instancia, que sea precisamente un estadounidense quien ponga en duda la legitimidad y honradez de las razones que en su momento el gobierno de su país presentó a sus ciudadanos para justificar esa guerra. Tal vez no con la contundencia que algunos habríamos querido pero siendo este uno de los pocos, si no el único, ejemplo dentro del panorama de la historieta, sin duda merece la pena.
Por Fidel Martínez
(Sevilla, 1979) Ilustrador y autor de historietas
Licenciado en Bellas Artes, autor de los libros Sarajevo Pain (Norma editorial, 2020), Fuga de la muerte (De Ponent, 2016) y coautor ,junto a Jorge García, de Cuerda de presas (Astiberri, 2005)
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