29 Nov Doble 7: novela gráfica
Según un estudio sociológico realizado poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, alrededor del 80% de los franceses creía que el ejército soviético era el máximo responsable de la derrota del fascismo en Europa. Un estudio similar realizado a finales del siglo XX concluía que esa percepción había cambiado por completo, y ahora el 80% de los franceses pensaba que el fracaso militar de Hitler y Mussolini se debía principalmente a la acción del ejército norteamericano. ¿Cómo se puede explicar tal vuelco de opinión sobre el mismo hecho histórico? Sin duda, algo tendrían que ver las nuevas coordenadas políticas de la Guerra Fría, sumadas a las fuertes dosis de propaganda del imperio cultural yanqui, inoculadas principalmente a través del cine. En casi toda Europa (tal vez incluso en Rusia) varias generaciones de jóvenes han crecido asimilando que, después de todo, fueron el soldado Ryan y sus colegas quienes nos salvaron del desastre, mientras Bogart prestaba un último servicio a la Resistencia pensado que siempre le quedaría París.
Comparativamente, y por mucho que se quejen de lo contrario quienes apuestan por el olvido, en España apenas tenemos filmografía sobre la Guerra Civil y sus consecuencias, y menos desde el punto de vista bélico. Aquí no se ha rodado la Defensa de Madrid, ni la Batalla del Ebro, ni la entrada triunfante de La Nueve precisamente allí, en París. El caso de la literatura, con menor impacto entre la opinión pública que el cine, es distinto: solamente en el terreno de la novela gráfica, que es el que más nos interesa en este artículo, merecen destacarse obras como Los surcos del azar de Paco Roca, El arte de volar de Altarriba y Kim, o Cuerda de presas, de Jorge García y de nuestro compañero de blog Fidel Martínez. Como suele ocurrir con todo lo relacionado con la llamada Guerra de España, también en el mundo del cómic se percibe el gran interés que suscita nuestra debacle nacional en autores y lectores extranjeros: el italiano Vittorio Giardino hizo protagonista a su emblemático personaje Max Fridman de la trilogía titulada ¡No pasarán!, Lobezno estuvo en Gernika matando fascistas según una miniserie de Marvel publicada en 1991 que ahora va a reeditarse y, recientemente, han sido los franceses Yann & Juillard quienes han aterrizado en la Guerra Civil española para ofrecernos las páginas de su Doble 7.
Doble 7, de Yann y Juilland
Aunque es una obra que abunda en personajes, muchos de ellos históricos, la narración de Doble 7 se transmite sobre todo a través de los ojos de un piloto ruso y de una anarquista española que, inevitablemente, caerán enamorados en mitad de una contienda que se libra hacia fuera, contra Franco y sus aliados fascistas, y también hacia dentro, entre el estalinismo y todo lo demás. Dibujada y relatada con vigorosa crudeza, Doble 7 es una historieta muy bien equilibrada: la mezcla de ingenuidad, apasionamiento e idealismo de la pareja protagonista recibe el contrapunto de la repugnante y traicionera realpolitik que se teje alrededor de ellos; los tópicos en boca de un Ernest Hemingway tan simpático como previsible son contrarrestados por su “compañera” Martha Gellhorn y por republicanos anónimos que saben mejor que él lo que está pasando en España; las concesiones al heroísmo, que no son pocas, quedan siempre nubladas por esa absoluta podredumbre del ser humano que es la guerra.
Si algo merece salvarse de la aburrida Dunkerque, la gran apuesta del cine bélico del último año, es justamente la potencia visual de la historia del piloto, y se me antoja pensar en las maravillas que podrían hacerse en la gran pantalla (o en una buena serie) con hazañas como las del piloto republicano José Bravo, en quien a buen seguro se habrán inspirado Yann & Juillard, o incluso con una adaptación de este Doble 7 que nos traemos entre manos. Pero estamos en España, y antes veremos películas basadas en ese Falcó tan de Pérez-Reverte que sí, que es muy cínico y muy equidistante, pero no deja de ser un espía al servicio de Franco. Cuesta imaginar a un escritor alemán publicando novelas superventas con un agente de Hitler como héroe principal. Con la historiografía predominante aquí, no es ninguna sorpresa que haya todavía muchos españoles con serias dificultades para distinguir entre lo que supone luchar en defensa de la democracia, con todos los claroscuros que se quiera, y lo que no es otra cosa que acabar con ella.
Postdata: mientras escribo estas líneas en la librería que regento, un cliente acaba de adquirir un ejemplar de Doble 7, ante el feliz asombro del librero. El cliente es portugués, qué casualidad.
Por Agustín L de la Cruz
(Sevilla, 1979) Ilustrador y autor de historietas
Licenciado en Bellas Artes, autor de los libros Sarajevo Pain (Norma editorial, 2020), Fuga de la muerte (De Ponent, 2016) y coautor ,junto a Jorge García, de Cuerda de presas (Astiberri, 2005)
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